Dios mismo instituyo y bendijo el Matrimonio, desde el principio, desde el mismo instante en que formo al Hombre en el Huerto del Edén y le hizo una ayuda idónea, su Mujer. 

Génesis 1:28

“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”

Cuando un hombre y una mujer se aman y deciden unir sus vidas para siempre, se inicia la construcción de un Nuevo Hogar, es decir, el establecimiento de su Familia. 

Aunque exista la tendencia de pensar que solamente se requiere de amor para convivir sin casarse, el amor genuino y verdadero del Hombre y la Mujer, llevara a los enamorados a realizar un Pacto ante Dios, que se demuestra con el deseo de un plan concreto para construir el Hogar dando valor al sagrado Vinculo del Matrimonio.  

El Matrimonio es una declaración pública del Pacto de amor, fidelidad y obediencia a la única forma de edificar los fundamentos sólidos para construir un hogar que encontramos en la Santa Biblia: la Palabra de Dios.

• El Matrimonio debe ser llevado ante el altar de Dios y oficiado por un ministro ordenado por Dios, ya que es una muestra de respeto y amor por si mismos y por su futuro hogar. 

Hebreos 13:4

“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”

• El Matrimonio debe ser llevado ante el altar de Dios para demostrar públicamente el Pacto de Amor y Fidelidad del Hombre y la Mujer fundamentando su casa sobre la Roca, que es Jesucristo como lo expresa el evangelio de Mateo capitulo 7 verso 24:

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

• El Matrimonio se debe llevar ante el altar de Dios para dar testimonio a la familia y amigos que el Hombre y la Mujer se aman y honran a Dios y por lo tanto respetan sus mandamientos.